El pre-concurso de acreedores tiene unas ventajas respecto al concurso de acreedores:
El pre-concurso paraliza las ejecuciones.
El proceso es mucho más barato y más sencillo que un concurso.
Aunque se encuentre tu empresa en situación preconcursal, seguirás dirigiendo la empresa, puesto que a diferencia del concurso, no se nombra administrador.
Dispones de un plazo de tres meses más uno extra para organizar la tesorería.